Hola!! como andan? Feliz día del amigo! :) espero que hayan disfrutado de la amistad de sus seres queridos!
Chicas necesito que firmen mas! solo un poquito, si?
10 firmas y subo otro! Besos!
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A la
mañana siguiente recibió otra nota. Desde que recibió la primera tenía cuidado
de dejar el auto cerrado con llave, de modo que ésta estaba sujeta bajo el
limpiaparabrisas. Se fijó en ella cuando se asomó por la ventana, y salió a
investigar. Cuando vio de qué se trataba, no la tocó. No quiso saber lo que
decía. Era evidente que llevaba allí toda la noche, porque el papel estaba
húmedo de rocío y se le había corrido la tinta.
La
noche anterior no había oído nada, y eso que había vuelto a dormir mal. Al
menos era sólo una nota, en vez de un animal mutilado.
Estaba
todavía en pijama, pues acababa de desayunar. Dejó la nota donde estaba y
regresó al interior de la casa. Quince minutos después estaba vestida,
maquillada, peinada y saliendo por la puerta.
Abrió
el auto y dejó el bolso sobre el asiento. Con sumo cuidado de no romper el
papel mojado, levantó el limpiaparabrisas y extrajo la nota sosteniéndola por
una esquina entre el pulgar y el índice. A continuación entró en el auto y se
dirigió recto al palacio de justicia.
Estacionó
delante de la plaza y, sosteniendo la nota exactamente igual que antes,
ascendió los tres peldaños largos y bajos. Había un mostrador de información
nada más entrar, y se detuvo para preguntarle a una mujer de pelo azul dónde
exactamente se encontraba el despacho del sheriff.
—Al
final de ese pasillo y después a la izquierda. —La mujer señaló a su izquierda
y Lali giró obediente.
El
olor del palacio de justicia era sorprendentemente agradable y calmó un poco
sus agitados nervios. Se componía de papel y tinta, productos de limpieza, la
siempre cambiante mezcla de gente y el aroma gris frío de los suelos de mármol
y de las salas. Había sido construido cincuenta o sesenta años antes, cuando
los edificios poseían un carácter individual. Por supuesto, con el paso de los
años había sido «modernizado» varias veces y se habían puesto luces
fluorescentes para sustituir a las anteriores incandescentes, para que los
empleados pudieran tener dolores de cabeza acordes con el abaratamiento del
gasto de luz. Se adosaron a las ventanas aparatos de aire acondicionado que
parecían percebes que crecieran al azar en las ventanas de los despachos. Sin
embargo, en algunos lugares, de forma especial en los pasillos, todavía había
ventiladores de techo que giraban perezosamente durante toda la jornada y
mantenían el aire renovado y en movimiento.
Llegó
al final del pasillo y torció a la izquierda, donde se encontró con otro
pasillo que se extendía frente a ella. Cinco puertas más allá llegó a un juego
de puertas dobles que estaban abiertas y que lucían medio letrero en la hoja
izquierda que decía DEPART DEL y otro medio en la hoja derecha que rezaba
AMENTO SHERIFF, de tal modo que formaban palabras completas sólo cuando se
cerraban las puertas. Dentro se abría una habitación alargada con un mostrador
que discurría hasta el fondo, detrás del cual había varias mesas, la radio y
dos despachos, uno ligeramente más grande que el otro. El más grande tenía un
cartel con el nombre sheriff Riera en la puerta, que estaba semiabierta, pero Lali
no alcanzó a ver el interior desde donde se encontraba.
En
las paredes colgaban fotografías de antiguos sheriffs, indicativo de los
esfuerzos parroquianos por decorar el lugar. No hacía un efecto precisamente
alegre.
Una
mujer de mediana edad vestida con el uniforme marrón de los agentes levantó la
vista cuando Lali se acercó al mostrador.
—¿En
qué puedo servirla?
—Quisiera
hablar con el sheriff Riera, por favor.
La
agente observó a Lali por encima del borde de sus lentes de leer, y se vio claramente
que la reconocía de la visita que había hecho dos días antes. Sin embargo, lo
único que dijo fue:
—¿Cómo
se llama?
—Mariana
Martínez.
—Un
momento.
Entró
en el despacho del sheriff Riera tras llamar a la puerta sólo de forma
protocolaria, y Lali oyó un murmullo de voces. La agente salió y le dijo:
—Pase
por allí.
Y le
indicó una media puerta que había al final del mostrador. Apretó un botón que
había debajo y la puerta se abrió con un chasquido.
El
sheriff Riera acudió a la puerta de su despacho para recibirla.
—Buenos
días, señora Martínez. ¿Qué tal está?
Como
respuesta, Lali sostuvo la nota en alto.
—He
recibido otra.
El
buen humor se esfumó del semblante del sheriff, que se puso serio al instante.
—Esto
no me gusta en absoluto —murmuró al tiempo que tomaba un sobre de pruebas de
una mesa y lo abría para que Lali dejase caer dentro la nota. Ella la soltó con
el gesto de alguien que tira un trozo de basura maloliente—. ¿Qué dice?
—No
la he leído. La encontré debajo del limpiaparabrisas de mi auto esta mañana, al
levantarme. Sólo la he tocado por una esquina para no dejar huellas, suponiendo
que quede alguna.
El
papel se ha mojado —explicó.
—Por
el rocío. Eso quiere decir que llevaba varias horas en el limpiaparabrisas. De
hecho, ya tenemos varias huellas buenas de la otra nota y de la caja. El
problema es que no vamos a poder saber de quiénes son a no ser que el que ha
escrito las notas haya dejado sus huellas registradas anteriormente. —La
condujo al interior de su despacho y volcó la nota secante sobre su
escritorio—. Como usted no la ha leído, vamos a ver qué dice.
Abrió
el cajón de su mesa y rebuscó en su contenido. Por fin sacó unas pinzas de
depilar. Con ayuda de éstas y de la punta de un bolígrafo, desdobló con cuidado
el papel húmedo. Lali ladeó la cabeza para leer las letras mayúsculas:
NO
ERES BIENVENIDA AQUí VETE ANTES DE QUE SUFRAS DAÑO —La misma persona —dijo el
sheriff Riera—. Sin puntuación.
—¿Se
trata de una firma deliberada?
—Es
posible, pero puede que sea sólo una forma de distinguirse de su manera
habitual de escribir, una especie de camuflaje. –Frunció el ceño—. Señora Martínez...
Lali... Peter y yo le dijimos el otro día que vivir donde usted vive, sola,
podría ser peligroso.
—No
voy a mudarme —contestó ella, repitiendo una frase que debía de haber dicho
veinte veces cuando estuvo allí para denunciar lo del gato muerto.
—En
ese caso, ¿qué tal si se compra un perro? No tiene por qué ser un perro
guardián, bastará con uno que se ponga a ladrar furioso si oye algo fuera.
Perpleja,
Lali lo miró fijamente. Un perro. Jamás había tenido ningún animal doméstico,
de manera que aquella opción ni siquiera se le había ocurrido.
—Sí,
creo que voy a comprármelo. Gracias, es una buena idea.
—Bien.
Consiga uno lo antes posible. Pásese por la perrera y escoja uno que sea joven
y sano. Le vendría bien uno que no esté
muy crecido, para que se acostumbre a usted muy deprisa, pero que ya sea lo
bastante mayor para saber ladrar, y no hacer sólo esos ruiditos típicos de los
cachorros.
—Contempló
la nota que descansaba sobre su mesa—. En realidad, lo único que puedo hacer
ahora es encargar a mis agentes que pasen por enfrente de su casa en auto un
par de veces en cada turno. No tenemos
gran cosa para continuar.
—Y
unas cuantas notas y un gato muerto no son exactamente el crimen del siglo.
El
sheriff le devolvió una ancha sonrisa.
—Ni
siquiera podemos detenerlo por crueldad con los animales. Si la hace sentirse
mejor, le diré que el gato no fue torturado. Murió atropellado. Simplemente alguien
lo recogió, eso es todo. A mí sí me hace sentirme un poco mejor acerca de lo
peligroso de esta situación. Un psicópata auténtico habría disfrutado matando
un gato.
A
ella también la hizo sentirse mejor. El recuerdo de aquel pequeño cadáver
mutilado la ponía enferma cada vez que le venía a la mente. El gato estaba
muerto de todos modos, pero por lo menos si lo había atropellado un auto,
probablemente habría muerto de manera instantánea. No podía soportar la idea de
que hubiera sufrido.
Continuará...
haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay mas novela genial simplemente la nove genial mas intriga mas novelaaaaaa
ResponderEliminarComo dice Lali al menos solo fue una nota esta vez, pero de verdad, tiene que pensar en alguna forma de protegerse, se está exponiendo demasiado. E
ResponderEliminarSigo pensando k la d las notitas es Euge ,xk no la quiere allí x hacerla responsable d la marcha d su padre,pero es incapaz d hacer daño físico al menos.Nico ,está interesado en k todo se resuelva ,y me parece k va a ser un gran amigo d Lali.
ResponderEliminarTe pido un favor,xk vi tu comentario. laliterdesdesiempre.blogspot.com reanuda la novela,lo anunció en unos comentarios,y me gusta su novela ,quedó interrumpida en fotolog ,pero no puedo comentarle .¿Podrías pedirle k ponga la forma fácil nombre/URL d comentar, y sin verificación d palabras?.GRACIAS.
ResponderEliminarDeverdad que siento no haberte firmado antes.
ResponderEliminarLa nove esta en lomas interesante, me encanta