Hola! como andan?? yo media resfriada jejej
Bueno, hoy llegamos al último capítulo de esta linda novela :) Espero que la hayan disfrutado tanto como yo. Pronto subiré otra nove jiji sorpresa, sorpresa ^^
mueroxksiangeles, me encantaron tus lindos comentarios! jijiji
Chari, gracias por estar siempre!:)
Kary y ca_amorlaliter, agradecerles por leer la nove y dejar sus comentarios!
Y a todas las lectoras que se animaron a leer esta linda novela hecha por Cami (caparatodos)
Besos y disfruten de este último capítulo!
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A la
mañana siguiente, Lali fue a Nueva Orleans para asistir al funeral del señor Bauer.
Tenía
la esperanza de que la llamara Peter, pero comprendió que no lo hubiera hecho.
Había insistido tercamente al sheriff Riera para que hiciera lo que pudiera
para entregar el cadáver del señor Bauer, y él le había dicho que Peter estaba
enredado en el proceso de verificar oficialmente el testamento de su padre y
utilizando su influencia para acelerarlo. Las dificultades legales que
planteaba un poder escrito falso, en virtud del cual había dirigido sus
posesiones financieras a lo largo de aquellos años, quedaron invalidadas en su
mayoría, ya que en su testamento Nicolás se lo había dejado todo a Peter y Eugenia,
pero aún quedaban problemas que solventar.
Jimena
acudió a Nueva Orleans para estar con Lali, pues por el teléfono había
percibido que estaba más afectada por lo del señor Bauer de lo que había dado a
entender. Al breve funeral asistieron sólo un puñado de personas: algunos
vecinos, Jimena y ella, la mujer del pelo azulado del bufete de Houston H.
Manges. Para sorpresa suya, también acudió el detective Estrella, vestido con
lo que parecía el mismo traje gastado. Acarició la mano de Lali como si ella
fuera pariente del señor Bauer, y mientras tanto sus desengañados ojos de
policía no se apartaron ni un momento del rostro de Jimena.
Lali
estaba demasiado cansada para regresar conduciendo a casa, de modo que tomó una
habitación en un hotel para pasar la noche. Jimena decidió quedarse también
—nada sorprendente y salir con el
detective Estrella.
—No
me acuesto con un hombre en la primera cita —dijo Jimena a la mañana siguiente,
parloteando con nerviosismo—. Quiero decir que simplemente no quiero, es
demasiado peligroso, además de vulgar. —No paraba quieta mientras las dos desayunaban
lo que el carrito del servicio de habitaciones les ofrecía, en el cuarto de Lali;
jugueteaba con la servilleta, con la cubertería, con la ropa. Su mirada
revoloteaba por la habitación; la suya era contigua y prácticamente idéntica,
pero a ella por lo visto todo le resultaba enormemente interesante—. Puede que
esté pasada de moda, pero yo creo que el sexo debe esperar por lo menos hasta
que exista un compromiso, y todavía sería mejor esperar hasta el matrimonio.
Las mujeres arriesgamos demasiado al irnos a la cama con un hombre que no es
nuestro marido...
—Entonces,
¿estuvo bien? —la interrumpió Lali tomando un sorbo de café.
Jimena
se puso una mano en el pecho y puso los ojos en blanco en un gesto teatral.
—¡Ya lo
creo! —Se levantó de un salto y se puso a pasear por la habitación—. No podía creer
lo que estaba pasando, yo no hago esas cosas, pero este hombre estaba decidido
y fue todo como en una montaña rusa, que no hay modo de salirse. Bueno, no es
eso exactamente lo que quiero decir. Lo de salirse, porque sí que... —De pronto
se interrumpió y se puso intensamente colorada. Lali estuvo a punto de ahogarse
con el café, de tanto reír—. Quiere verme esta noche, pero yo le he dicho que
tengo un vuelo de regreso a Dallas y que tendrá que llamarme a casa si quiere
verme otra vez. —Jimena parecía angustiada—. ¿Tú crees que habrá alguna forma
de frenar esto y volver al camino correcto?
—Puede
—contestó Lali, pero ya había visto a Jimena enamorada en otras ocasiones y
dudaba que hubiera algo que la frenase.
Pasaron
la mañana yendo de compras, rellenando el ropero de Lali con el surtido de las boutiques
de Nueva Orleans. Se marchó de la ciudad alrededor las dos de la tarde para
permitir a Jimena intimidad y tiempo para otra cita con el detective Estrella.
Llegó
al motel, su hogar temporal, a las cuatro. Rubén la saludó con la mano y salió
a su encuentro para ayudarla con las bolsas. Acto seguido, hambrienta tras el
ejercicio, fue al centro del pueblo para ir al café de Candela.
Estuvo
un rato charlando con Candela y después pidió el sándwich de pollo que se había
convertido en su cena habitual. Estaba sentada a una mesa de espaldas a la
puerta y justo acababan de traerle su pedido cuando oyó que la puerta se abría
con un estruendo. Se hizo un brusco silencio en el interior del café.
Sobresaltada, levantó la vista y se encontró con un iracundo Peter Lanzani que
se cernía sobre ella. Debía de haberlo llamado Rubén, pensó distraídamente.
—¿Dónde
diablos —ladró— has estado metida?
—En
Nueva Orleans —repuso ella en tono manso, aunque era plenamente consciente de
que todo el mundo los estaba mirando sin pestañear.
—¿Sería
mucho pedir que me informaras de dónde vas a estar? —articuló él.
—He
ido al funeral del señor Bauer —replicó Lali.
Peter
se deslizó en el asiento de enfrente y parte de la cólera se borró de su cara.
Por debajo de la mesa, sus largas piernas chocaron con las de ella, y extendió
los brazos para cogerle las manos.
—Estaba
cagado de... Estaba asustado —confesó, corrigiendo rápidamente la frase para
adoptar un vocabulario más decente—. No dejaste el motel, pero Rubén te vio
metiendo una maleta en el auto.
Incluso
lo obligué a que abriera tu habitación para ver si todavía estaban allí tus
cosas.
—No
me habría marchado de la ciudad sin decírtelo —dijo Lali, secretamente
divertida por el hecho de que Peter creyera que tal vez se había ido para
siempre.
—Más
te vale —musitó. Le apretó las manos con más fuerza—. Mira —empezó, pero se
detuvo—. Demonios, ya sé que éste no es
el sitio más adecuado para hacerlo, pero todavía tengo toneladas de papeleo que
resolver y no sé cuánto tiempo pasará antes de que pueda ver la luz del día.
¿Quieres casarte conmigo?
Había
conseguido sorprenderla. Había ido incluso más allá de la mera sorpresa. Se
recostó en el asiento, estupefacta y sin habla. ¿Peter quería casarse con ella?
Ella misma ni siquiera se había atrevido a pensar en esa posibilidad. Con el
pasado del uno enredado en el del otro, la espinosa situación con su madre y su
hermana... En fin, simplemente no parecía que fuera una alternativa.
Era
evidente que Peter se tomó su reacción como un rechazo, y frunció sus cejas.
Siendo quien era, inmediatamente tomó medidas implacables para obtener lo que
quería.
—Tienes
que casarte conmigo—dijo, alzando la voz lo suficiente para que todos los
presentes pudieran oírlo—. La niña que estás esperando es mía. Necesitará un
padre, y tú necesitas un marido.
Lali
dejó escapar una exclamación y abrió los ojos horrorizada.
—Eres
un tarado —rugió al tiempo que se levantaba con dificultad del asiento. No
estaba embarazada, y él lo sabía, la menstruación le había llegado con
puntualidad, tres días antes. Tuvo una impresión confusa, vertiginosa, de una
estancia repleta de rostros ansiosos que la miraban fijamente, y de Peter que
le sonreía con una expresión satisfecha y despiadada, disfrutando de su brote
de furia salvaje e incoherente. Tal vez Peter captó algo en sus ojos, una
advertencia en una fracción de segundo, pero no fue suficiente. La mano de Lali
salió disparada, agarró el vaso de té helado y se lo arrojó en pleno rostro.
—¡No
estoy embarazada! —vociferó.
Peter
se levantó también de su asiento limpiándose el té de los ojos con la
servilleta de Lali.
—Puede
que no lo estés ahora, pero si quieres estarlo, tendremos que casarnos.
—Cásate
con él —le aconsejó Candela, inclinada sobre el mostrador y sonriendo de oreja
a oreja—. Y hazle la vida imposible. Se
lo merece, después de esta escenita.
—Eso
—dijo él afirmando—. Me lo merezco.
Lali
lo miró fijamente.
—Pero...
¿y tu madre? —preguntó impotente.
Él se
alzó de hombros.
—¿Qué
pasa con ella? —Lali abrió la boca para gritar otra vez, pero él sonrió y
levantó una mano—. Les he dicho a ella y a Eugenia que voy a casarme contigo.
Mi madre cayó en su síndrome de desaprobación aguda, pero Eugenia le dijo,
literalmente, que la tenía harta. Fue lo más divertido que he visto nunca.
Bueno, excepto una cosa. —Sus ojos relucieron al mirar a Lali, recordándole con
malicia lo sucedido en el palacio de justicia—. Eugenia nos ofrece su
aprobación; va a casarse la semana próxima con Nicolás. Le sugirió con gran
entusiasmo a mi madre que se fuera a vivir a Nueva Orleans, que de todas formas
siempre le ha gustado más que Prescott. Así que, chiquita, voy a sentirme muy
solo en esa casa tan grande, y necesito a mi petiza personal para que me haga
compañía.
Lo
decía en serio. Lali tragó saliva, una vez más incapaz de hablar. Peter ladeó
la cabeza y le sonrió, con una expresión de deseo y ternura en los ojos.
—Hay
otra cosa que quería decirte —murmuró—. Te amo, pequeña. Debería habértelo
dicho antes, pero empezaron a ocurrir cosas.
Lali
pensó en pegarle. Pensó en agarrar el vaso de té de otra persona y tirárselo a
la cara. Pero en lugar de eso dijo:
—Sí.
Peter
le tendió los brazos y ella se echó en ellos, acompañada por la correspondiente
salva de aplausos de todos los clientes del café.
FIN
la primera en comentar te quedo increible muy lindo
ResponderEliminarGracias por tomarte el tiempo de compartirnos esta novela!! Muy linda por cierto!
ResponderEliminarSaludos y ojalá podamos leerte nuevamente!
Hasta en el final peleando los dos.Menos mal k le aclaró k Euge está d su parte,y s madre se va a Nueva Orleans.Todos en la cafetería ,espectantes d su respuesta ,menos mal k le dio el si,después d toda su vida enamorada d el ,no podía ser d otra manera.Esperando la nueva novela,ojalá k sea mañana mismo.Me encantó leerla,muchas gracias x compartirla.
ResponderEliminarjajajjajajaja e encantooooooooooooooooooo a novela y no gracias a vos por postiar esta nove jajajajaj me mencionaste me emocione jajajaanla novela genial ypetee y lali hasta el final peliando como dicen aca en mexico amor apache mas novelaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarMe ha encantado de principio a fin...no podía ser de otra forma, Lali lleva toda la vida enamorada de el...y por fin elle ha dicho que la ama...
ResponderEliminarGracias de nuevo por esta maravillosa novela, y gracias a Chari de nuevo por recomendarmela...
Espero que no nos hagas esperar para la nueva y que sea ya...
Gracias a ti Rita,se k no tienes mucho tiempo,hay más novelas nuevas,y no estás en sus comentarios, justo x esa falta d tiempo,llevamos un tiempito k no coincidimos.Un beso.Y hasta la siguiente novela aquí ,k no dudo k será muy buena,espero k no nos haga esperar mucho tiempo.
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