martes, 10 de julio de 2012

Capítulo 48






Hola!! como están?? yo aquí alegrando la tarde noche con "llega en forma de amor" :) Ustedes con que canción de los Teen se animan? espero su respuesta jijiji
Estuvo bueno el capítulo de ayer no? Pues estos se vienen buenísimos! pero hay un problema...ya se que es muy latoso y aburrido dejar una firma en cada capítulo, pero eso sirve para saber la opinión de ustedes, de acrecentar nuestro ego, por haber sabido elegir bien la nove que se yo...jajaja 
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Lali jamás en su vida se había sentido más violenta. Cuando llegó a casa, entró como una flecha y cerró con llave todas las puertas, como si aquello fuera a servir de algo. No tenía una conciencia clara del camino hasta llegar a casa, pero sí que se acordaba con todo detalle de cada paso que había dado para salir del palacio de justicia, con la cara ardiendo y los muslos pegajosos, y con todas aquellas miradas de curiosos que hicieron que le entraran ganas de encogerse. Pero no se había encogido; en lugar de eso, salió caminando con la cara muy alta y un aire de «atrévete a decirme algo». Aquel farol debió de funcionar, porque nadie la detuvo.

Saltó del lavabo en cuanto Peter la soltó y se encerró en uno de los baños, sacudida por una risa incontrolable al tiempo que trataba de recomponer un poco su aspecto. La aparición de sus bragas por encima de la puerta reavivó las carcajadas.

—¿Quieres cerrar la boca? —oyó que gruñía Peter enfadado, pero no era capaz de controlar su histeria. Dijo algo más, pero no lo entendió, y un momento más tarde se oyó el chirrido de la puerta que indicaba que se había ido. Al instante se abrió de nuevo, y unas zapatillas de color azul marino asumieron la residencia del cubículo contiguo al de Lali. La propietaria de las zapatillas era también la propietaria de la voz chillona, y estaba sumamente indignada.

—Debería decírselo al sheriff —dijo en tono hosco, lo bastante alto para que Lali la oyera por encima de la risa—. ¡Echando un rápido en el servicio de señoras! A saber quién habría podido entrar, a lo mejor una madre con niños pequeños, y por Dios, los niños viéndolo todo. Desde luego, es que da asco que algunas personas no tengan ya vergüenza...
El sermón fue acompañada del ruido de un chorro constante de orina en el inodoro. Era evidente que parte de la ira de la señora se debía a que necesitaba urgentemente entrar en el baño.

Procurando controlar la risa, Lali aprovechó la preocupación de la mujer y salió a toda prisa del servicio. Cuando se vio en el pasillo, intentó adoptar un aire de normalidad y se dirigió a su auto con paso presuroso. Peter no estaba a la vista, pero tampoco lo buscó. Probablemente se habría escondido en el servicio de caballeros.

Se dejó caer en una silla de la cocina y se cubrió la cara con las manos, gimiendo de mortificación. ¿Qué le estaba pasando, para no ser capaz de decirle que no en un lugar público?
¡Los baños del palacio de justicia! Hasta Gimena había sabido ser más discreta.

En aquel instante sonó el teléfono, pero no se movió para atenderlo. En su lugar lo hizo el contestador del despacho, y oyó la voz grave de Peter, pero estaba demasiado lejos para entender lo que decía. Colgó, y minutos más tarde el teléfono sonó de nuevo. Esa vez, no obstante, Lali reconoció la voz de Jimena. Sabía que debería contestar, pero no lo hizo; sencillamente no podía sostener una conversación normal, aún tenía los nervios excitados y temblaba físicamente por los efectos del torrente de adrenalina.

Cuando calculó que las rodillas aguantarían su peso, se levantó y se encaminó hacia el cuarto de baño. Lo que necesitaba en aquel momento, por encima de cualquier otra cosa, era una ducha.


Peter sacudió la cabeza negativamente, incrédulo, mientras conducía hacia la casa de Lali.
Estaba seguro de que se encontraba allí aunque no hubiera contestado al teléfono. No podía creerse lo que los dos habían hecho, ni la intensidad de la atracción que había convertido aquello en algo irresistible. No había hecho nada tan idiota ni siquiera cuando era adolescente, y Dios sabe que en aquella época estaba más salido que un potro.

Lanzó un bufido de risa contenida. ¡Pequeña tramposa! Lali había corrido a esconderse en uno de los baños, riéndose como si estuviera loca, y lo había dejado allí con una mano en la puerta para mantenerla cerrada y los pantalones a la altura de las rodillas. Cambió de postura rápidamente y se puso de espaldas contra la puerta mientras se subía los pantalones. El calzón de Lali estaba tirado en el suelo, de modo que lo recogió y se las pasó por encima de la puerta del retrete, y ella, en vez de callarse como él le había ordenado, estalló en nuevas carcajadas. La bruja de fuera del cuarto de baño no se iba, seguía aporreando la puerta, haciendo cada vez más ruido. Entre ella y Lali, casi lo estaban volviendo sordo.

Por fin le dijo a Lali que se reuniría con ella fuera del edificio, pero no estaba seguro de que lo hubiera oído, a juzgar por sus gritos histéricos. No cabía hacer otra cosa que defenderse con cara dura. Después de echarse un vistazo para comprobar que todo estuviera abrochado y cerrado, abrió la puerta y salió, mirando con gesto torcido a una mujer regordeta y de rostro congestionado que no hacía más que revolverse indignada. Lo increpó furiosa, pero Peter la cortó en seco.

—El servicio de caballeros estaba lleno —le dijo—. ¿Qué esperaba que hiciera, mear en el pasillo?

Entonces entró en el servicio de caballeros que se encontraba al lado, y se apoyó contra la pared hasta que sus hombros dejaron de agitarse por el esfuerzo de reprimir la risa, porque la vieja bruja le había replicado:
—Entonces, ¿dónde ha meado, en el lavabo?

 Se echó a reír de nuevo sin poder remediarlo. Conocía a aquella mujer, por lo menos de vista. Trabajaba en la oficina del asesor fiscal. Para la hora del almuerzo estaría circulando por todo el edificio la historia de que se lo había estado haciendo con alguna fulana en el tocador de señoras, y a la mañana siguiente ya estaría enterada toda la ciudad.
Su sonrisa se esfumó. Lali resultaría mortificada.

Probablemente ya lo estaba de todos modos. No lo había esperado en la calle, sino que seguramente se habría marchado a su casa a la mayor velocidad posible y se habría atrincherado allí. Su pequeña puritana se debía de sentir fatal por la vergüenza sufrida.

Suspiró con alivio cuando vio su auto en la entrada. Él también entró, pero no se detuvo detrás del auto de Lali, sino que prosiguió hasta el patio trasero y rodeó el garaje abierto donde ella guardaba la cortadora de jardín. Abundantes ramas de madreselva crecían sobre el garaje y trepaban por parte de un cable de acero que sujetaba un poste de electricidad, formando una buena pantalla que escondía el auto. Llevó el jaguar hasta que el capó tocó la madreselva y después se apeó del mismo y miró en ambas direcciones. No se veía la carretera en un sentido ni en el otro, lo cual quería decir que el auto no era visible desde la carretera. Se sintió como un idiota, pero esperó que Lali apreciara que él se preocupase por su reputación.

Fue hasta la puerta de la cocina y dio unos golpecitos, aguardando con impaciencia. Lali no abrió, de modo que llamó otra vez.

—Lali, abre la puerta.
Lali se paró en seco al otro lado de la puerta con una mano en alto en dirección a la cortina.

Estaba a punto de apartarla hacia un lado para ver quién llamaba a la puerta de su cocina. Casi se había muerto del susto al oír el ruido de un automóvil que penetraba en la entrada y daba la vuelta a la casa. Se sintió aliviada al ver que se trataba de Peter, pero entre todas las personas a las que no se sentía capaz de enfrentarse en aquel preciso momento, Peter encabezaba la lista.

—Vete —le dijo.
El picaporte se sacudió.

—Lali. —Su nombre fue pronunciado despacio, con suavidad—. Abre la puerta, nena.

—¿Por qué?

—Tenemos cosas de que hablar.
Sin duda, pero no quería hablarlas. Quería ser una cobarde respecto de todo aquello y esconderse hasta haber superado la vergüenza.

—Tal vez mañana.

—Ahora. —Allí estaba otra vez, aquel toque suave, inflexible, que decía que en los próximos diez segundos la puerta caería hecha pedazos de una patada si no la abría ella. Impotente y resentida, giró la llave.

Peter pasó al interior e inmediatamente volvió a cerrar con llave, sin apartar un segundo la mirada de Lali. Ésta acababa de salir de la ducha y no había tenido tiempo de vestirse antes de oír el motor del auto. Había cogido la delgada bata que colgaba detrás de la puerta del baño y se la había puesto. No tenía nada de seductora; era lisa, de algodón blanco, con cinturón. Pero era plenamente consciente de que debajo estaba húmeda y desnuda. Se cerró las solapas sobre el pecho.

—¿De qué quieres que hablemos?
Una sonrisa increíblemente suave se extendió por el rostro de Peter al mirarla de arriba abajo.

—Más tarde —dijo al tiempo que la tomaba en sus brazos.

Continuará...

Cruel verdad? jajaj aunque sea 6 firmas. Si las hay antes que me vaya a dormir (mañana tengo colegio) les subo otro! Besos

6 comentarios:

  1. Cruel es poco! jajaja.... no me digas que antes de hablar se van a ocupar en otras cosas??? jajaja
    Bueno pues espero q se vayan aclarando y mejorando las cosas entre este par!

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  2. Lo de la doble firma no es a propósito, simplemente te quería comentar que con lo q mencionabas de la elección de la novela, me parece que hiciste una excelente elección. Yo hasta hice una pausa entre el montón de tareas que tengo que hacer para poder leer este cap!!

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  3. Buenísimo ,pero parece k Lali está dejando k Peter lleve las riendas d esa extraña relación ,y a mi parecer ya parece la puta d el ,aunque no sea oficial,se ven y arden.

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  4. Es verdad lo que dice Chari, Lali debe ser mas dura, debe tener mas personalidad...Peter la desea o ama tanto que haria cualquier cosa por ella...y si por cosa otra vez hacen el amor espero que el se muestre mas tierno, porque seria la tercera vez que lo hace con brusquedad...

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    Respuestas
    1. he vuelto a desaparecer y he vuelto a aparecer...que decirte...se que un perdon no es suficiente...pero de verdad que he pasadouna semana muy dura y luego un poco desaparecida todo el finde porque tuve una despedida y ayer fui a trabajar de noche asi que...espero me disculpes...
      Ah, como siempre te he firmado en todos los capitulos, osea desde el 41...
      Y me encantaría hablarme contigo o por lo menos seguirnos, porque yo la verdad no entro mucho en twitter pero el mio es:@mueroxksangeles, es parecido a mi nombre pero le falta la i del medio...

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