lunes, 27 de agosto de 2012

"Llegada del Mar" Capítulo 4




Hola! como andan? cómo partieron este hermoso y esperado Lunes? ( si yo oyera decir a alguien algo como esto lo noqueo al tiro) jajaja
Yo tengo el cerebro re vuelto de malas palabras por leerme un libro, y aunque no lo crean era para el Colegio jijij
El capítulo de hoy va dedicado para ruizirene897 primera en firmar :)
Meli y Lina Bienvenidas!! espero que les guste la nove :)
Vale ahora recordar, que la nove es mía si no de Mar_cha (fotolog)
Un abrazo sicológico acompañado con un beso Enorme!!!
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—No hay nadie con ese nombre por los alrededores. Y desde luego, nadie extraño —sonrió con benevolencia—. No te inquietes haciéndote preguntas. Estás a salvo aquí. No debes preocuparte por nada.
Lali no era de la misma opinión.
—¿Hay alguna comisaría de policía por aquí? —preguntó esperanzada.
La sonrisa de Cristina perdió su calidez durante un segundo, pero no tardó en recuperarla.
—La más cercana se encuentra en Agustín, a cuatro horas de navegación en barco. Aquí no necesitamos a la policía. Siempre nos las hemos arreglado sin ellos. Lo que suceda es asunto nuestro y de nadie más.
Lali se desanimó. Estaba más lejos de la civilización de lo que pensaba.
—Has mencionado un puerto. ¿Está muy lejos?
—Ponte el vestido y te lo enseñaré.
Minutos más tarde se encontraban en la puerta de la casa. Desde el umbral podía contemplar todo el pequeño y bello pueblo pesquero. Situado en una bahía, los edificios eran de color blanco y parecían estar muy bien cuidados. Había unos cuantos barcos viejos en el puerto, amarrados, pero ningún yate.
Respiró aliviada. Al menos aún no estaba en peligro.
—¿Qué te parece? —preguntó Cristina—. Es bonito, ¿verdad?
Lali no estaba de humor para apreciar el paisaje, pero a pesar de todo contestó lo correcto.
—Es encantador. Muy pintoresco. ¿Cómo se llama?
—Puerto Lanzana
Entonces señaló hacia una enorme e imponente mansión de granito que estaba escondida entre un bosque de pinos, y dijo:
—Esa es la casa del jefe. Desde ahora te alojarás ahí. En realidad, esperaba que llegaras antes —añadió—, pero más vale tarde que nunca.
Lali la miró con extrañeza. Sospechó que algo raro estaba pasando, pero luego pensó que tal vez lo único extraño fuera Cristina. Era encantadora, aunque algo excéntrica.
Entraron de nuevo en la casa, de modo que tuvo la oportunidad de echar un vistazo a su alrededor. Resultaba bastante agradable, pero tuvo la impresión de encontrarse en el túnel del tiempo. Un fuego ardía en una chimenea de piedra negra, que servía para dar calor y para cocinar. Había un enorme mueble victoriano lleno de fotografías con marcos de plata, que ocupaba uno de los lados de la habitación, y un centenario reloj de pared en la esquina.
—¿Te parecen bien unos huevos con beicon? —preguntó Cristina.
Lali asintió, a pesar de sentirse extraña con aquellas zapatillas demasiado grandes y aquel vestido. Estaba hambrienta, como si no hubiera comido en una semana.
—El apetito es buena señal. Bueno, el cuarto de baño está en esa puerta. Cuando hayas terminado de bañarte ya habré preparado tu desayuno.
La bañera era de metal, casi una pieza de museo, y en cuanto se metió en el agua caliente se olvidó de todo. Por otra parte, debía sentirse agradecida. La estaban tratando con una hospitalidad exquisita a pesar de ser una completa desconocida.
Más relajada, empezó a pensar en lo que debía hacer. Hasta consideró la posibilidad de olvidarse del asunto del señor Agüero, convencida de que la ley lo detendría más tarde o temprano. No quería saber nada. Si volvía a involucrarse tendría que ir a juicio y contestar montones de preguntas. En cuanto regresara a Bahía volvería a ser una persona más entre millones de personas, e iniciaría una nueva vida.
Media hora más tarde se sentaba a la mesa y apartaba el plato vacío. Se había puesto su ropa, lavada y planchada, y se sentía mucho mejor.
—Estaba delicioso, Cristina. Nunca había tomado un desayuno igual.
Cristina rió.
—Por la forma que has tenido de comértelo, te creo.
Entonces sacó un paquete con tabaco, lió un cigarrillo con manos expertas, y lo encendió.
—Supongo que la gente de Buenos Aires no se toma la molestia de preparar su propio pan —continuó—. Los huevos proceden de las gallinas que tengo en la parte trasera de la casa, y la mantequilla es fresca, hecha en el pueblo. Ah, y por si fuera poco, el agua de esta zona es magnífica, sin cloro, ni nada por el estilo. Creo que encontraras muy diferente el modo de vida de Puerto Lanzana.
Lali estuvo a punto de decir que no tenía intención de quedarse demasiado tiempo, pero en aquel instante alguien llamó a la puerta. Sintió una punzada en el corazón. De inmediato se preguntó si se trataría de Agüero o de alguien de su grupo que estuviera buscándola.
Cristina la miró de forma extraña y sonrió.

Continuará...

7 comentarios:

  1. Es peter ? Mas mas mas esta genial
    Quiero mas

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  2. Quiero saber k le pasó a LAli k está con tanto miedo.

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  3. Massssss noveeee
    Massssss noveeee
    Massssss noveeee

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  4. por fa mas noveeeeeeeee!!!! yo creo que es peter!!!!. camila

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  5. AAYYYY ya quiero ese encuentro LALITER, ya tuvieron uno pero ella no tuvo la oportunidad de conocerlo.. estaba medio inconsciente... en cambio el si que pudo ver BASTANTE de ella jajaaja

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  6. espero mas BESOS y gracias por avisar por TW =)

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