Hola! como andan?
Obvio que les hago maratón! :) se vienen unos capítulos...uff jajaja haganle caso a Chari! jajasja
Capítulo dedicado a Vale :)
@Masi_ruth no te preocupes! espero que te mejores pronto! :)
PD: las que firmen como anónimo, que pongan el nombre abajito para así saber quien es jjijij
Besos!
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—Bueno —aclaró, llena de indignación—,
si piensas que soy capaz de algo semejante es que no conoces a las personas. Quizá
la familia Lanzani vive de acuerdo con la ley de la selva, pero yo vengo de un
mundo, donde la gente está muy por encima de esas cosas.
—Realmente te has ofendido —la
observaba con ese gesto de desaprobación tan familiar—. Te pido disculpas.
Cuando uno casi siempre está rodeado de enemigos, espera lo peor.
—No me sorprende que estés rodeado de
enemigos —musitó—. No eres precisamente una persona amable, ¿verdad?
—Ahora trato de ser amable, Lali. No
lo hagas demasiado difícil.
«Dios me libre», pensó ella. Sin duda
bromeaba.
—Está bien —suspiró—. Acepto tu
disculpa, y olvidemos el asunto.
—Gracias, Lali —se acercó un poco
más—. Pero realmente salvaste mi vida y no puedo olvidarlo. Siento el deber de
recompensarte de alguna manera.
—¿Recompensarme? —lo observó,
cautelosa—. No quiero ninguna recompensa de ti, a menos que sea dejar libre a
mi hermano.
—Después hablaremos de eso —se acercó
aún más a ella—. Por el momento, tal vez me aceptes un beso como muestra de
gratitud.
—¿Un beso? —la boca se le secó de inmediato—.
¿Tú… deseas besarme?
—Sólo como muestra de gratitud —replicó
con suavidad.
Ahora su cara estaba muy cerca de la
de ella. Tan cerca, que la hizo sentir que aquellos ojos verdes la absorbían.
—Entonces… hazlo —tartamudeó—. Si eso
es lo que de verdad deseas.
—Creo que es lo que ambos queremos, Lali
—susurró al tiempo que le acariciaba con la mano la sedosa piel de una mejilla.
Estaban tan cerca, que sus muslos se
tocaban, y sin dejar de acariciarle la mejilla, la besó en los labios. Por un
momento, la boca de Peter permaneció inmóvil; ella apenas sentía la presión.
Después, él subió la mano libre para acariciarle la otra mejilla. Sosteniéndole
la cabeza con las manos, Peter movió con suavidad los labios sobre los de Lali,
en un ritmo lento, sensual, que la atormentaba. Comenzó a temblar y de forma
instintiva se aferró a los hombros de Peter para sujetarse.
Él aumentó la presión y el corazón de
la muchacha comenzó a latir con fuerza. Dentro de las profundidades de su alma,
el familiar demonio despertó y la excitó. Al sentir el roce de su lengua, ella
entreabrió los labios y se perdió en la dulce sensación.
Su corazón latía aceleradamente cuando
él la estrechó en sus brazos y ambos cayeron sobre la manta, en el suelo. Él
estaba casi encima de ella y su lengua dejó de hacer estragos en la boca de la
chica. Miró la profundidad de sus ojos.
—Quiero hacerte el amor, Lali.
Ella hizo un esfuerzo inútil por
hablar. Después de hacer de nuevo el intento sin resultado, se dio por vencida
e inclinó la cabeza con debilidad.
—Si no estás de acuerdo, me detendré
—sus labios rozaron sus párpados. Su respiración era cálida y dulce sobre la
mejilla de Lali—. Te prometí no tomarte por la fuerza y lo cumpliré.
Esa vez ni siquiera hizo el intento de
hablar. Con desesperación le rodeó el cuello con las manos y de nuevo, él
inclinó su boca hacia la de ella; con avidez desenfrenada, casi amenazadora por
su intensidad. Era un deseo que exigía más, y los dedos de Lali vagaron por su
espalda en un anhelo insaciable que fue de pronto interrumpido por un quejido.
¡Cielos! ¡Las heridas de su espalda!
En su deseo incontrolable las había olvidado.
—Peter… lo lamento, no he querido
hacerte daño —susurró con sentimiento de culpabilidad.
Al sentir que Peter se apartaba de
ella, el corazón le dio un salto. ¡No la creía! Imaginaba que lo había hecho a
propósito.
—Por favor, Peter —le suplicó—. Ha
sido sin querer. No lo hice… Olvidé… —su voz se apagó cuando él, de forma
inesperada, le puso un dedo en los labios.
—Lo sé —le aseguró amable—. Digamos
que te dejaste llevar por la pasión. Tu castigo es que no te muevas durante los
próximos cinco minutos. ¿Estás dispuesta a hacerlo, mi pequeña tigresa con
garras?
—Acepto —respondió.
Peter le puso las manos en la cintura
y las deslizó debajo de su camiseta.
—Tanta belleza no debe estar oculta, Lali
—le levantó la camiseta para dejar al descubierto los senos turgentes. Levantó
los brazos para obedecer la orden de él, y un instante después, le quitó la
prenda. Luego arqueó la espalda y permitió que le quitara el sostén para quedar
desnuda de cintura para arriba. Sin vergüenza alguna, se dejó acariciar por la
mirada de admiración de Peter. Una vocecita interior condenaba su conducta
inmoral, pero emociones más fuertes la acallaron.
Casi con reverencia puso una mano en
cada pecho, sintiendo su firmeza y los pezones erectos.
—¡Afrodita! —murmuró él—.
Verdaderamente el cuerpo de una diosa.
Con lentitud le desabrochó los
vaqueros y los deslizó por las caderas y las cortas pero esbeltas piernas. Lali
sólo se quedó con la pequeña braguita, cerró los ojos y tembló de antemano cuando
él le quitó esa última prenda. Abrió a tiempo los ojos, para observar que él
también se desvestía y levantó los brazos para atraerlo hacia ella. Mientras
sus bocas se unían en un húmedo encuentro sintió la dureza del cuerpo masculino
sobre su piel y el contacto la hizo estremecerse de deseo.
Finalmente, la boca de Peter vagó
hacia su cuello para sentir el pulso acelerado y siguió su camino hacia abajo
hasta llegar a su destino final, cerrándose sobre el pezón. Lali, de forma
convulsiva, le acarició el cabello y un grito escapó de sus labios.
Su cuerpo tembló al sentir que la mano
derecha de Peter iniciaba una exploración sobre su estómago y sus caderas, y
gimió cuando le separó los muslos con suavidad.
Podía oír la respiración agitada de Peter,
cuando éste se acomodó encima de ella. Peter deslizó la mano izquierda sobre el
trasero de ella para levantarla, y Lali se mordió un labio para ahogar un grito
cuando la poseyó. Por un instante, permaneció inmóvil al sentirse oprimida por
el peso de su pareja hasta que él se levantó y usó sus antebrazos como apoyo.
Temerosa de lastimarle otra vez la espalda, lo sujetó del cabello como si
temiera que se levantara y la dejara acostada ahí, estremeciéndose de pasión.
Él la contempló; sus ojos estaban
encendidos por el fuego de una tormenta interna, y después comenzó a moverse.
La lenta y rítmica posesión produjo una reacción primitiva en el cuerpo de ella
que la ayudó a contestar esa invasión con un ritmo propio.
Olas de voluptuoso placer invadían su
cuerpo haciéndola olvidarse de todo. No existían ni el tiempo ni el espacio.
Sólo importaba ese sentimiento. El ritmo de él se hizo más rápido, lo mismo que
las respuestas de Lali, llevándola a un febril instante. La chica lo oyó gemir
y se dio cuenta de que temblaba, y su propio cuerpo se convulsionó en una
explosión silenciosa de placer.
Lo abrazó con fuerza hasta que sus
cuerpos dejaron de temblar. Sus brazos cayeron a los lados y dejó escapar el
último suspiro de pasión.
Continuará...
Finalmente fue Peter quien le dijo k quería hacer el amor.
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