Hola, como andan? Al fin Viernes! ijijij
El capítulo de hoy va dedicado para ruizirene , primera en firmar, e Inma quien firmó, uff...un montón de veces jijij (Gracias por eso)
Espero que disfruten del capítulo!
Besos.
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Aquella noche no consiguió dormir
demasiado. Cuando amaneció, le dolía la cabeza, de manera que decidió tomar una
ducha fría.
Se puso un chándal de color azul y
unas deportivas. Después, abrió la ventana y respiró profundamente. Olía a mar
y a resina de pino. Y más allá del bosque pudo contemplar las olas chocando
contra la playa.
El sentimiento de enfado e injusticia
derivado de la noche anterior desapareció de inmediato, reemplazado por una
extraña mezcla de culpa y arrepentimiento. Ahora entendía que le había dado
razones más que suficientes para que se enfadara con ella.
Desde su llegada no había hecho otra
cosa que dejar claro que no era su prometida y que no tenía intención de
casarse con él. En tales circunstancias, no tenía derecho alguno a mencionar a
Pamela.
Por mucho que lo negara
intelectualmente, su corazón sabía que estaba celosa. Había cometido el clásico
error de confundir sexo con amor. Además, no podía creer que se hubiera
enamorado de un hombre que era un completo enigma. Sin embargo, de no haber
estado enamorada, no habría corrido a buscar excusas a su comportamiento.
Las cosas se habían complicado
bastante. No pertenecía a aquel lugar y ambos lo sabían. Peter sólo intentaba
mostrar cierta consideración hacia Cristina y hacia los lugareños que creían en
la leyenda, pero a la hora de la verdad, se casaría con la mujer que él
eligiese.
Decepcionada, se apartó de la ventana,
arregló la cama y bajó por las escaleras.
Al llegar al recibidor se detuvo. No
se oía nada. De manera impulsiva abrió la puerta principal de la casa, salió y
caminó hacia la playa, entre los árboles. La playa estaba desierta, y un par de
gaviotas volaban en lo alto, observándola con curiosidad. A su izquierda, la
playa avanzaba hacia el pueblo, de modo que comenzó a correr en dirección
opuesta.
Corrió hasta que no pudo más. Descansó
un poco y siguió corriendo durante diez minutos más hasta que llegó al otro
extremo de la bahía. Entonces subió a una roca y contempló el panorama. No
había visto nada tan bello en toda su vida. Las grandes olas del Atlántico
chocaban a lo largo de la costa contra los acantilados rojizos, en un paisaje
virgen no contaminado por la civilización. Un lugar donde cualquier poeta
podría encontrar la inspiración, donde cualquier alma atormentada podría encontrar
la paz.
Tal vez fuera la sensación de soledad
y la belleza, o tal vez sus propios sentimientos, pero una lágrima resbaló por
su mejilla. Perdida en sus pensamientos, se sentó sobre la roca durante un buen
rato, hasta que se levantó suspirando y regresó a la casa.
El ejercicio había despertado su
apetito. En cuanto entró en la mansión, el olor a bacon la guió directamente a
la cocina. Cuando se encontraba en el pasillo, escuchó la voz de Peter y dudó.
La perspectiva de enfrentarse a él tan temprano no le apetecía demasiado, pero
era consciente de que debían verse cara a cara en algún momento. Intenta
recomponer su autoestima, respiró profundamente y entró.
—Buenos días.
El ama de llaves se dio la vuelta y
sonrió.
—Estaba esperándote. Sírvete el zumo de
naranja y los cereales. Mientras tanto, te prepararé algo apetitoso.
Incómoda por la presencia del dueño de
la casa, se sirvió un vaso de leche y se sentó en la mesa, frente a él. Peter
estaba tomándose un café.
—Parece que esta mañana te has
levantado con espíritu deportivo —dijo con ironía—. ¿Piensas salir a correr?
—Ya he salido —murmuró, molesta por su
tono de sarcasmo—. Me levanté hace una hora y salí a correr por la playa.
Peter pareció impresionado.
—Bien. El aire fresco del mar hace
milagros. ¿Has dormido bien?
—Como un tronco —mintió.
—Sí, supongo que se deberá al gasto de
energía que hiciste anoche —comentó con inocencia, levantando la voz para que
el ama de llaves pudiera oírlo—. Lali me dejó impresionado anoche. Para ella
era la primera vez, pero adoptó el ritmo de inmediato. Creo que se divirtió
tanto que le habría gustado continuar toda la noche.
Lali lo miró aterrorizada.
—¿A qué te refieres? —preguntó la
señora Belén. Los ojos verdes de Peter brillaron con malicia. No podía creer
que fuera a contar lo sucedido.
—Al baile —rió, divertido—. Le dije
que no participara, pero se empeñó en hacerlo.
Lali lo miró durante unos segundos. La
había engañado por completo.
Peter se sirvió otra taza de café.
—No te molestes en preparar comida. Lali
y yo comeremos en el hotel. Y probablemente, no regresaremos hasta tarde.
—Bueno, si pensáis ir a Inverness,
podríais traer…
—Hoy no. Voy a sacar el Flamingo para pescar salmones en La Bahía —dijo, mirando a Lali—.
No te importará dar un pequeño paseo en barco, ¿verdad?
Lali sabía que no tenía elección, a
pesar de que su experiencia en el yate no había despertado en ella ningún amor
por la navegación. Apartó el vaso de leche y dijo:
—Como quieras, Peter. Pero no me
gustaría molestarte.
—No te preocupes, no me molestarás. De
hecho, insisto en que vengas conmigo —sonrió.
—En tal caso, ¿cómo puedo negarme,
cariño?
El tono de sarcasmo de su voz pasó
desapercibido a la señora Belén, que sonrió y suspiró, encantada con lo que
parecía ser una típica conversación entre enamorados.
Dos horas más tarde condujeron hacia
el pueblo y aparcaron en el puerto. El Flamingo
era un barco pequeño, pero de línea poderosa y aspecto veloz. Peter se detuvo
un momento en el muelle, observándolo con orgullo y dándole todo tipo de
explicaciones sobre el navío.
Lali escuchó con cierto aire distante,
asintiendo cuando debía, hasta que al cabo de un rato preguntó:
—¿Vamos a ir muy lejos?
—A unas veinte millas marinas.
—¿Vas a recorrer veinte millas para
pescar? —preguntó asombrada.
—¿Por qué no?
—Bueno, a decir verdad, no me
interesan demasiado los peces.
—Lo siento por ti. La futura dama del
clan debería estar interesada por todo lo que tiene que ver con su comunidad.
—Mira, Peter, ahora estamos solos y
podemos hablar con sinceridad. Tú no quieres casarte conmigo, de modo que no
necesitamos continuar con esta farsa.
Peter apretó los labios enfadado. La
tomó por los hombros y su voz sonó con la fuerza de un látigo.
—No sabes lo que quiero, pequeña loca.
Que me case o no contigo
depende exclusivamente de ti.
Sus ojos negros lo miraron,
desafiantes.
—Ya. Me olvidaba de que tu esposa debe
merecer tu posición social. Creí que el matrimonio tenía, que ver con el amor,
no con el dinero.
Peter la soltó, pero sin dejar de
observarla con atención.
Continuará...
Que pasara??.Masss
ResponderEliminarMassss Me Quede Con Intriga Jjejej
ResponderEliminarmás me encanta!
ResponderEliminarree bueno el cap , me gusto mucho genia!
ResponderEliminarse tiran cañonazos en formas de palabras... era obvio que Peter hablaba del baile, pero habiendo acabado la noche como la acabaron ella penso otra cosa... pero no creo que Peter llegue a faltarle el respeto a Lali hasta ese punto.
ResponderEliminarme encnata... se esta poniendo interesante... ella acepto que esta enamorada, y que quizas fue un error, pero lo esta. Y a pesar de eso está haciendose respetar, le esta parando los pies a Peter... le esta diciendo las cosas como son, le guste a el o no =)
ResponderEliminarespero mas novelas BESOS!!!! @Inma_06
ResponderEliminarmas nove por faaaa!!!! . camila
ResponderEliminarnovelaaa novelaaaa =)
ResponderEliminarPeter sigue sin hablarle claro.
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