Hola, como andan? Yo sorprendida de mi misma...me acabo de leer un libro de 300 paginas en casi tres días...
El capítulo de hoy va dedicado para camila primera en firmar :)
Espero que les guste el capítulo de hoy.
PD: no me paso nada Irene jijij así que no te preocupes :D
Un abrazo psicológico y que comiencen su semana de diez.
Besos!
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Peter dejó los paquetes a los pies de
la cama. Era una cama de matrimonio. El edredón estaba doblado de manera que
podían verse las sábanas blancas de lino.
—Hice que la criada preparara esta
habitación por la mañana —dijo, observándola con atención—. No es la mazmorra
que esperabas, ¿verdad?
Caminó hacia el otro lado del dormitorio
y abrió una puerta.
—Este es el cuarto de baño. Si hay
algo que necesites, díselo a la señora Belén. Ella se encargará de proporcionártelo
—añadió.
Por muchas vueltas que diera, no había
nada en la habitación que le disgustase. Era grande y aireada, decorada en un
tono suave de rosa. Sobre la cómoda había un jarrón con flores, y la alfombra
del suelo parecía gruesa y de buena calidad. La ventana se alzaba sobre los
árboles que rodeaban la casa, proporcionando una vista panorámica de las aguas
azules de la bahía y del pueblo.
—Si no te gusta, siempre puedes
compartir la habitación principal conmigo —ofreció Peter, amistosamente—. Es
mucho más grande. Tal vez quieras verla, por si cambias de opinión.
Lali hizo un gesto de desdén y caminó
hacia la pesada puerta de roble, donde examinó la cerradura.
—¿Hay alguna llave para esta cosa?
—Sobre la cómoda.
—Muy bien. En tal caso, el dormitorio
me parece perfecto.
—Entonces te dejaré para que puedas
acomodarte —dijo con fría educación—. Sugiero que te vistas adecuadamente para
la fiesta de esta noche. Las fiestas del lugar suelen ser bastante intensas.
En cuanto se marchó, Lali tomó la
llave y cerró la puerta. Sabía que Peter era perfectamente capaz de derribarla
a patadas, pero la ilusión de tener cierta seguridad, aunque fuera falsa, la
tranquilizaba.
Había contemplado la mansión desde la
casa de Cristina, pero estaba rodeada por un pinar que impedía parcialmente su
visión. Cuando el todoterreno aparcó frente a la puerta principal, admiró con
asombro el tamaño y la belleza del lugar, tan hermoso que tuvo que hacer un
esfuerzo para mantener su fingido aire de indiferencia.
De tres pisos de altura y edificado
con granito, encajaba a la perfección en el paisaje rocoso de los acantilados.
Las cuatro torres defensivas y las almenas demostraban que original había sido
un castillo, y que los antepasados de Peter lo habían levantado con la
intención de defenderse de sus enemigos.
Asombrada y sin ningún entusiasmo,
subió los escalones del umbral con Peter, después de dejar atrás el arco de la
entrada. Después, se detuvieron en el recibidor. El dueño de la mansión dejó
los paquetes sobre una mesa y le ordenó con brusquedad que permaneciera allí
mientras iba en busca del ama de llaves. Lali aprovechó la oportunidad para echar
un vistazo al enorme salón. Las paredes estaban recubiertas con paneles de
madera, algo más oscuros que el entarimado del suelo. Había multitud de puertas
que daban a otras habitaciones, y una gran escalera a su izquierda que conducía
a los pisos superiores de la casa. Olía a cuero y a cera para muebles. Al fondo
pudo distinguir un corredor que probablemente llevaba a la cocina. Pensó que si
entrecerraba los ojos le resultaría fácil imaginar aquel lugar en tiempos
pasados, con multitud de criados llevando comida y bebida para su dueño y
señor.
Al oír que mencionaba al ama de llaves
se sintió aliviada. Al menos no estaría a solas con él. Pero Peter regresó al
cabo de un rato murmurando algo acerca de que nunca conseguía encontrarla
cuando la necesitaba. Lali lo miró como sospechando que mentía, pero al cabo
tuvo que admitir que seguramente decía la verdad. Alguien debía encargarse de
la limpieza, puesto que no podía imaginarlo con un plumero y una escoba.
Irritado, recogió los paquetes y
gruñó:
—Tu dormitorio está arriba. Sígueme.
Al menos ahora tenía un poco de
intimidad. Se sentó en el borde de la cama y consideró la situación en la que
se encontraba. Su dormitorio era muy cómodo, tenía un nuevo vestuario y más
dinero del que gastaba habitualmente en un mes. Hasta estaba invitada a una
fiesta, aquella misma noche. Para ser una chica que unos días antes carecía de
dinero y de acomodo, no podía quejarse. Salvo por aquel hombre imposible. Por Peter
Lanzani, el hombre de los ojos verdes.
Ninguna mujer habría sabido cómo
tratarlo.
Pero al menos era sincero. O para ser
precisos, no le gustaba andarse por las ramas. Lo había dejado bien claro,
aunque no le gustara particularmente aunque tuviera la intención de acostarse
con ella en cuanto surgiera la oportunidad sólo para satisfacer su deseo. Tal
vez fuera el señor de los ciervos y de las águilas, pero su conciencia moral
era la de un tigre hambriento.
Sólo tenía una oportunidad, mantenerse
alejada de él. Pero no estaba segura de poseer el coraje necesario, ni de que
él tuviera la paciencia suficiente como para permitirlo.
Suspiró, se levantó y comenzó a
deshacer los paquetes. Escogió unos pantalones azul marino y un jersey blanco,
se cambió de ropa y finalmente, contempló el resultado en el espejo. Más tarde
se cepilló el cabello y se pintó los labios con una barra de color rosado. Por
suerte, el jersey no se ajustaba demasiado a su cuerpo. Peter tenía la sangre demasiado
caliente, y no convenía provocarlo.
En cuanto terminó, guardó el resto de
las cosas en el armario y bajó las escaleras con nerviosismo.
Al llegar a la planta baja se detuvo,
intentando escuchar algún sonido que demostrara la existencia de vida en el
lugar. En el recibidor había una puerta entreabierta; se dirigió a ella, con
cautela, y llamó. Nadie contestó, de manera que empujó la superficie de madera
y entró, conteniendo la respiración.
Sus ojos admiraron los paneles de las
paredes, las estanterías llenas de libros, el enorme escritorio y los cómodos y
señoriales sillones. En aquella estancia se respiraba un ambiente de intimidad
y tranquilidad que aumentó la sensación que tenía de ser una intrusa. Estaba a
punto de salir d nuevo cuando vio un grupo de fotografías con marco de plata
sobre la repisa de la chimenea. Su curiosidad la empujó a acercarse.
Miró a su alrededor con cierto
nerviosismo y caminó hacia ellas.
La primera de las instantáneas
mostraba a una pareja de mediana edad que sonreía desde el asiento de un
deportivo. Obviamente, eran los padres de Peter; la mujer era bellísima, de
ojos oscuros, y podía observarse de nuevo con su marido en la siguiente fotografía.
Peter aparecía en tres. En una debía
tener unos diez años, y mostraba con orgullo un pez que había capturado. En
otra, se encontraba en un podio, recogiendo algún tipo de trofeo deportivo. Y
en la última llevaba una capa y un diploma enrollado.
Estaba a punto de apartarse de la
chimenea cuando dos manos aparecieron desde atrás y se posaron sobre sus senos.
Rígida por el susto, sintió un aliento cálido en la nuca.
Continuará...
A bue!!!! Me imagino que es peter el que se da el tupe de semejante acción!!! más!!
ResponderEliminarMasMeEncanto Quisiera Que Subas dos capitulos pordia jeeje
ResponderEliminarHahaja así nos dejas con q le pusieron unas manos :0 espero sea peter mas mas mas
ResponderEliminarpues si que tiene sangre caliente Peter si..... es el no?? espero porque sino Peter MATA al que sea jajajjaja
ResponderEliminarespero mas nove, lo dije en el blog de Irene hoy os pusisteis otdas de acuerdo para dejar el cap en lo mejor jajajaja es el dia de la intriga y creo que no me he enterao jajajaja
espero mas nove la verdad que esta muy bien =P BESOSSSS @Inma_06
noveeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarQUIERO
ResponderEliminarMAS
ResponderEliminarN
ResponderEliminaro
ResponderEliminarE
ResponderEliminarA
ResponderEliminargracias!! y supongo que es peter!! porque si no... la que se arma!! . camila
ResponderEliminarQuien si no Peter ,podría ser tan osado?,jajaja,solo el .Espero la reacción d lali.
ResponderEliminarMasss me encantooo
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