martes, 4 de septiembre de 2012

"Llegada del Mar" Capítulo 12



Hola, como andan?
Hoy se van a desilucionar un poco con Peter...y ay! no saben las ganas que tengo de contarles lo que va a ocurrir...Solo les digo que en esta nove digamos que al principio uno duda un poco en la actitud de Peter, no como en la NOVE de ruizirene897 que Peter es un tierno jij :)
El capítulo de hoy, hablando del rey de roma, en este caso reina va dedicado para ruizirene897 primera en firmar.
PD: vale me encantan tus comentarios, son tan...simples y concisos jajaja 
Besos!
______________________________________________

—¿A qué casa? —preguntó alarmada.
—A la mía, por supuesto. Vivirás allí a partir de ahora.
La idea no le pareció nada agradable. Era como meterse en la guarida del león.
—Ya, y supongo que me encerrarás en las mazmorras, encadenada a la pared como el resto de tus prisioneros. Creo que si no te importa, declinaré la invitación.
Peter suspiró, levemente irritado.
—Preferiría que cambiases de actitud. Pero de todas formas, no tienes elección.
—Por supuesto que la tengo —contraatacó—. Puedo llamar a la policía y declarar en contra de la banda. Me buscarán alojamiento en algún hotel hasta el día del juicio, y después podré volver a Buenos Aires.
—Yo no lo haría, Lali. Agüero debe creer que te ahogaste anoche. Si de repente te presentas a declarar en su contra, puede que intenten implicarte para vengarse. Sería tu palabra contra la suya, y son cuatro. A mí me has convencido, pero puede que no te resulte tan fácil convencer al juez —declaró, encogiéndose de hombros—. Sería una pena que una joven tan atractiva languideciera en la cárcel durante diez años.
Lali lo miró, derrotada.
—Ya veo. De modo que intentas extorsionarme, ¿verdad? O me quedo aquí o me entregarás a la policía.
—Confieso que no lo había pensado. Pero ahora que lo mencionas…
—Eres despreciable. Prefiero pasar diez años en la cárcel antes que casarme con un hombre como tú.
Peter sonrió e hizo un gesto negativo con la cabeza.
—No, no harás tal cosa. Ahora sé que no formabas parte de la banda, y te aseguro que me encontrarás mucho más amable.
Lali lo miró, boquiabierta.
—¿Qué? ¿Estás diciendo que me creías culpable? —preguntó, indignada—. ¡Por Dios! ¿Es que tengo aspecto de traficante de drogas?
—No lo sé —contestó, encogiéndose de hombros—. ¿Qué aspecto tienen los traficantes de drogas? Que yo sepa, cualquier aspecto. De todos modos, cuando intenté averiguar cómo habías llegado aquí te comportaste de forma muy sospechosa, como si tuvieras algo que ocultar.
—Odio a los traficantes de drogas —murmuró ella, pensando en Agüero mientras se frotaba la cadera.
—Y yo. Al menos tenemos algo en común.
—Pues no te hagas demasiadas ilusiones. Si tengo que quedarme aquí, me sentiría mucho más a salvo en casa de Cristina.
—Lo siento. Eso no es posible —dijo con firmeza, sonriendo—. No puedo llegar a conocerte mejor si vivimos a dos kilómetros de distancia. Además, Cristina cree que fueron los espíritus quienes te trajeron. Y será mejor que hagamos caso a nuestra vieja amiga. Por si acaso.
Mientras el Land Rover avanzaba a trompicones por el camino de tierra, Lali permaneció sentada en silencio, rígida, con expresión enfadada, y furiosa. No dejaba de dar vueltas al asunto. Aquel hombre debía estar loco no cabía otra explicación. Y Cristina debía de encontrarse en la misma situación. Algo lamentable, porque parecía una anciana encantadora e incapaz de hacer daño alguno. En cierto modo, también lo sentía por él. En otras circunstancias, tal vez habrían podido mantener una relación. Había, algo en él que despertaba sus instintos, instintos tan básicos como los de cualquier otra mujer con sangre en las venas. No podía negar que unos minutos antes se había sentido mareada al notar sus brazos alrededor de su cuerpo.
Peter detuvo en seco el todoterreno, y, al hacerlo, interrumpió los pensamientos de Lali. Habían dejado atrás la casa de Cristina y estaban a mitad del camino de la colina que terminaba en el pueblo. Echó el freno de mano y la miró frunciendo el ceño.
—Relájate. Parece que vas a estallar en cualquier momento. Ten en cuenta que las noticias corren muy deprisa en un lugar tan pequeño como éste, y a estas horas todos sabrán que estás aquí —comentó con cierto humor—. Estarán deseando saber qué clase de mujer han enviado para que se case con su jefe.
No podía creerlo. No se trataba sólo de Cristina y de él. Todo el pueblo estaba loco. Pero tenía que haber alguien con sentido común, alguna persona razonable.
—Te estaría muy agradecido si hicieras un pequeño esfuerzo para aparentar felicidad —continuó—. De otro modo se entristecerán.
—Esto es una locura. Supongo que sospecharán de la manera que tuve de aparecer.
—No, estoy seguro de que no se interesarán por algo tan trivial —declaró con firmeza—. Pero de todas formas, diremos que estabas de vacaciones y que una tormenta hizo naufragar tu yate, por si hay forasteros en el pueblo. De ese modo, seré el único que conozca tu relación con los traficantes. Creo que será más seguro para ti. Al menos por el momento.
No había error alguno. Por su tono de voz resultaba evidente que estaba amenazándola. O sonreía y disimulaba o la entregaría a las autoridades.
Peter la miró como advirtiéndola por última vez. Entonces quitó el freno de mano y continuaron hacia el pueblo.

Continuará...

6 comentarios:

  1. Me encantan!!! Al fin peter cree algo de lo que dice, ahora veremos como se desarrolla la convivencia!

    P.D: algunos días ando con poco tiempo, pero como se toman el tiempo para subir, yo me tomo mi segundo para firmar aunque sea con un simple me gusta je!!

    ResponderEliminar
  2. Hahaha por lo menos algo le cree es un avance jajaja mas mas mas

    ResponderEliminar
  3. y nooo ada que ver tu Peter con el de Irene... se le podia pegar algo de ternura a este jajaja =))

    pero igual, aunq sea asi de rudo, duro (no tanto porq se preocupa por como se sentira la gente de su pueblo) me gusta el Peter... Lali va a hacer que cambie un poquito creo jajaja

    espero mas BESOS!!!! @Inma_06

    ResponderEliminar
  4. mas noveeee!!! por fa!!. camila

    ResponderEliminar
  5. Ahora le toca lidiar con todo el pueblo.

    ResponderEliminar