Hola, como andan?
Hoy se van a desilucionar un poco con Peter...y ay! no saben las ganas que tengo de contarles lo que va a ocurrir...Solo les digo que en esta nove digamos que al principio uno duda un poco en la actitud de Peter, no como en la NOVE de ruizirene897 que Peter es un tierno jij :)
El capítulo de hoy, hablando del rey de roma, en este caso reina va dedicado para ruizirene897 primera en firmar.
PD: vale me encantan tus comentarios, son tan...simples y concisos jajaja
Besos!
______________________________________________
—¿A qué casa? —preguntó alarmada.
—A la mía, por supuesto. Vivirás allí
a partir de ahora.
La idea no le pareció nada agradable.
Era como meterse en la guarida del león.
—Ya, y supongo que me encerrarás en
las mazmorras, encadenada a la pared como el resto de tus prisioneros. Creo que
si no te importa, declinaré la invitación.
Peter suspiró, levemente irritado.
—Preferiría que cambiases de actitud.
Pero de todas formas, no tienes elección.
—Por supuesto que la tengo —contraatacó—.
Puedo llamar a la policía y declarar en contra de la banda. Me buscarán alojamiento
en algún hotel hasta el día del juicio, y después podré volver a Buenos Aires.
—Yo no lo haría, Lali. Agüero debe
creer que te ahogaste anoche. Si de repente te presentas a declarar en su
contra, puede que intenten implicarte para vengarse. Sería tu palabra contra la
suya, y son cuatro. A mí me has convencido, pero puede que no te resulte tan
fácil convencer al juez —declaró, encogiéndose de hombros—. Sería una pena que
una joven tan atractiva languideciera en la cárcel durante diez años.
Lali lo miró, derrotada.
—Ya veo. De modo que intentas
extorsionarme, ¿verdad? O me quedo aquí o me entregarás a la policía.
—Confieso que no lo había pensado.
Pero ahora que lo mencionas…
—Eres despreciable. Prefiero pasar diez
años en la cárcel antes que casarme con un hombre como tú.
Peter sonrió e hizo un gesto negativo
con la cabeza.
—No, no harás tal cosa. Ahora sé que
no formabas parte de la banda, y te aseguro que me encontrarás mucho más
amable.
Lali lo miró, boquiabierta.
—¿Qué? ¿Estás diciendo que me creías
culpable? —preguntó, indignada—. ¡Por Dios! ¿Es que tengo aspecto de traficante
de drogas?
—No lo sé —contestó, encogiéndose de
hombros—. ¿Qué aspecto tienen los traficantes de drogas? Que yo sepa, cualquier
aspecto. De todos modos, cuando intenté averiguar cómo habías llegado aquí te
comportaste de forma muy sospechosa, como si tuvieras algo que ocultar.
—Odio a los traficantes de drogas
—murmuró ella, pensando en Agüero mientras se frotaba la cadera.
—Y yo. Al menos tenemos algo en común.
—Pues no te hagas demasiadas
ilusiones. Si tengo que quedarme aquí, me sentiría mucho más a salvo en casa de
Cristina.
—Lo siento. Eso no es posible —dijo
con firmeza, sonriendo—. No puedo llegar a conocerte mejor si vivimos a dos
kilómetros de distancia. Además, Cristina cree que fueron los espíritus quienes
te trajeron. Y será mejor que hagamos caso a nuestra vieja amiga. Por si acaso.
Mientras el Land Rover avanzaba a
trompicones por el camino de tierra, Lali permaneció sentada en silencio,
rígida, con expresión enfadada, y furiosa. No dejaba de dar vueltas al asunto.
Aquel hombre debía estar loco no cabía otra explicación. Y Cristina debía de
encontrarse en la misma situación. Algo lamentable, porque parecía una anciana
encantadora e incapaz de hacer daño alguno. En cierto modo, también lo sentía
por él. En otras circunstancias, tal vez habrían podido mantener una relación.
Había, algo en él que despertaba sus instintos, instintos tan básicos como los
de cualquier otra mujer con sangre en las venas. No podía negar que unos
minutos antes se había sentido mareada al notar sus brazos alrededor de su
cuerpo.
Peter detuvo en seco el todoterreno,
y, al hacerlo, interrumpió los pensamientos de Lali. Habían dejado atrás la
casa de Cristina y estaban a mitad del camino de la colina que terminaba en el
pueblo. Echó el freno de mano y la miró frunciendo el ceño.
—Relájate. Parece que vas a estallar
en cualquier momento. Ten en cuenta que las noticias corren muy deprisa en un
lugar tan pequeño como éste, y a estas horas todos sabrán que estás aquí
—comentó con cierto humor—. Estarán deseando saber qué clase de mujer han
enviado para que se case con su jefe.
No podía creerlo. No se trataba sólo
de Cristina y de él. Todo el pueblo estaba loco. Pero tenía que haber alguien
con sentido común, alguna persona razonable.
—Te estaría muy agradecido si hicieras
un pequeño esfuerzo para aparentar felicidad —continuó—. De otro modo se
entristecerán.
—Esto es una locura. Supongo que
sospecharán de la manera que tuve de aparecer.
—No, estoy seguro de que no se
interesarán por algo tan trivial —declaró con firmeza—. Pero de todas formas,
diremos que estabas de vacaciones y que una tormenta hizo naufragar tu yate,
por si hay forasteros en el pueblo. De ese modo, seré el único que conozca tu
relación con los traficantes. Creo que será más seguro para ti. Al menos por el
momento.
No había error alguno. Por su tono de
voz resultaba evidente que estaba amenazándola. O sonreía y disimulaba o la
entregaría a las autoridades.
Peter la miró como advirtiéndola por
última vez. Entonces quitó el freno de mano y continuaron hacia el pueblo.
Continuará...
Me encantan!!! Al fin peter cree algo de lo que dice, ahora veremos como se desarrolla la convivencia!
ResponderEliminarP.D: algunos días ando con poco tiempo, pero como se toman el tiempo para subir, yo me tomo mi segundo para firmar aunque sea con un simple me gusta je!!
Hahaha por lo menos algo le cree es un avance jajaja mas mas mas
ResponderEliminary nooo ada que ver tu Peter con el de Irene... se le podia pegar algo de ternura a este jajaja =))
ResponderEliminarpero igual, aunq sea asi de rudo, duro (no tanto porq se preocupa por como se sentira la gente de su pueblo) me gusta el Peter... Lali va a hacer que cambie un poquito creo jajaja
espero mas BESOS!!!! @Inma_06
mas noveeee!!! por fa!!. camila
ResponderEliminarMás!!
ResponderEliminarAhora le toca lidiar con todo el pueblo.
ResponderEliminar