domingo, 23 de septiembre de 2012

"Llegada del Mar" Capítulo 30


Hola, como andan?
Subo muy rápido! odio el comienzo de clases ¬¬"
El capítulo va dedicado para vale primera en firmar! :)
Espero que comiencen super bien esta semana
Besos!
__________________________________________

—Por supuesto que no. Dentro de muy poco tiempo te alegrarás de llevar ese sombrero y esas gafas. Cuando hayamos terminado con lo que nos ha traído aquí, podrás tirarlos al río si quieres.
Lali observó sus duros rasgos por encima de la mesa. Y de repente, supo que confiaba ciegamente en él. Si le hubiera pedido que caminara sobre cristales rotos, lo habría hecho sin protestar.
Al cabo de unos minutos abandonaron el café y tomaron un taxi. Peter murmuró la dirección al conductor, que poco después los dejaba frente a un imponente edificio. Lali lo miró y preguntó, incrédula:
—¿Piensas llevarme a juicio?
—Sí —contestó, agarrándola del brazo—. Habitualmente es la sede del tribunal del condado, pero hoy se reúne la audiencia provincial. Sólo asistiremos como espectadores, no te preocupes. Ahora, ponte las gafas.
De repente, lo comprendió todo.
—¡Agüero! Es Agüero y su banda, ¿verdad? —preguntó, intentando liberarse—. No pienso entrar ahí. Me reconocerían.
Peter tomó su mano y la apretó con cariño.
—Lo dudo bastante. Creo que les resultaría muy difícil.

—Gracias a Dios que ha terminado —dijo Lali, aliviada—. ¿Por qué no me lo dijiste? Lo mantuviste en secreto hasta que entramos en el edificio.
—¿Habrías entrado de haberlo sabido? —preguntó—. Lo dudo.
Tenía razón. De haberle dado la oportunidad, habría salido corriendo antes de entrar.
—Es cierto —admitió a regañadientes—. Pero te advierto que no quiero que me des más sorpresas parecidas. Mi corazón no lo soportaría.
Ya era de noche, aunque bastante temprano, y el bar del hotel estaba casi vacío.
—Al menos he conseguido librarme de ese estúpido sombrero —murmuró.
—Y podrás librarte de las gafas cuando quieras. Pero déjate la cinta del pelo. Te queda muy bien —sonrió, levantando la copa—. Brindo por la justicia.
Lali tomó un poco de su bebida, satisfecha y mucho más tranquila. Agüero había estado a punto de matarla, y se alegraba de poder olvidar de forma definitiva lo sucedido. Había estado a punto de ahogarse por su culpa. Durante el juicio tuvo la impresión de que iba a reconocerla. Pero su pasó ante ella sin detenerse.
Dejó la copa a un lado y comentó:
—Malditos traficantes de drogas. ¿Te fijaste en la expresión de sus rostros cuando el juez los condenó a diez años de cárcel?
—Habría sido peor si su abogado no les hubiera recomendado que se declararan culpables —observó, pensativo—. ¿Te das cuenta de que ahora nuestra relación será muy distinta?
Lali lo miró sin saber muy bien a dónde quería llegar.
—¿De verdad? —sonrió—. ¿En qué sentido?
Peter se encogió de hombros.
—Agüero ya no puede implicarte en sus turbios negocios. El juicio ha terminado y no se ha mencionado nada sobre tu presencia en el barco. Así que el peligro ha pasado. Eres completamente libre.
—¿Libre? ¿Para ir a dónde? —preguntó, después de la inicial alegría.
No podía creerlo.
—A donde quieras. Usé a Agüero para mantenerte en Puerto Lanzana —declaró con tristeza—, pero ya no puedo utilizarlo. No tengo derecho alguno a obligarte a que te quedes contra tu voluntad. Si quieres regresar a Buenos Aires, no puedo hacer nada para evitarlo.
Peter dejó de hablar y la observó esperando una respuesta.
Lali estaba tan desconcertada por la nueva situación que tardó unos segundos en recobrarse.
—¿Quieres que me marche?
Peter no contestó. Su expresión, como de costumbre, sólo denotaba frialdad. Su rostro parecía esculpido en piedra.
Lali supuso que quería que se marchara. Pensaba que había sido una idiota al confiar en su amor. Sólo había sido un divertimiento para él, y ahora que se había cansado, quería librarse de ella antes de que apareciera en escena su preciosa Pamela.
Sin embargo, podía equivocarse. Podía estar a punto de cometer un error trágico en su vida por culpa de una mala interpretación de sus intenciones. A fin de cuentas, sabía por propia experiencia que podía llegar a ser muy duro cuando quería, y de haber deseado expulsarla de su existencia lo habría hecho. La habría dejado allí con un billete de tren y un severo caso de corazón roto.
Sin saber muy bien cómo, fue capaz de encogerse de hombros como si todo aquello careciera de importancia.
—Creo que no sería muy educado por mi parte que me marchara sin despedirme de Jaime, de Cristina, de Ingrid y de todos los demás. Si no te importa, me gustaría quedarme hasta el Gran Lanz. He oído hablar tanto de él que no querría perdérmelo.
Peter la miró como si estuviera considerando su respuesta y sonrió con cierta ironía.
—Típico de una mujer. No puedes resistirte a la oportunidad de ponerte un bonito vestido.
Lali apretó los puños con tanta fuerza que se clavó las uñas. Deseaba gritar lo que pensaba en realidad. Deseaba declarar el amor que sentía por él. Deseaba decirle que quería quedarse porque aún cabía la posibilidad de que su amor fuera recíproco y porque quería ser su esposa. Pero en lugar de eso sonrió con tristeza.
—Sí, tienes razón. Como todas las mujeres. Así soy yo.
Por alguna razón, la expresión de su amante se suavizó.
—Me alegra. De hecho me habría sentido muy decepcionado si no hubieras optado por quedarte.
—¿De verdad?
—Sí, extremadamente decepcionado —sonrió de forma abierta—. Habrías destruido los planes que tenía para el resto de la noche.
—¿De qué planes estás hablando? —preguntó, intentando adivinar el sentido de su sonrisa.
—En cuanto supe lo del juicio, telefoneé para reservar una habitación en este hotel —dijo—. Supuse que a ninguno de los dos nos apetecería enfrentarnos al largo camino de vuelta. Escaleras arriba hay una suite esperándonos.
—Ya veo. Muy considerado por su parte.
El pulso de Lali se aceleró.
Peter hizo un gesto al camarero y pidió otra ronda antes de sonreír con su gesto de depredador.
—Sí, es cierto. Creo que esta noche va a ser memorable, Lali.

Continuará...

5 comentarios:

  1. Lanzani se hace el desinteresado, pero no pierde oportunidad de estar con ella!! me encanta más!

    ResponderEliminar
  2. me encanttaaaaaaaaaaaaa mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

    ResponderEliminar
  3. Mas cabezotas los dos y peter nada tonto masss

    ResponderEliminar
  4. No desperdicia ocasión este hombre ,jajaja.Sin querer queriendo ,se les va dando d a poco ,pero a veces me pones al límite ,d pensar k todo se va al traste ,x una palabrita mal dicha ,o en su defecto, la falta d "esa"palabrita.

    ResponderEliminar
  5. ahora si Lali se queda es porque quiere, no por miedo o por esconderse.

    espero que de verdad sea una noche memorable y Peter le diga cuanto la ama =) <3 espero mas nove BESOS!

    ResponderEliminar