viernes, 7 de septiembre de 2012

"Llegada del Mar" Capítulo 14



Hola, como andan? Yo con un sueño tremendo ¬¬"
El capítulo de hoy va dedicado para ruizirene897 Primera en firmar :)
Espero que tengan un lindo fin de semana!
Besos 
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—¡Espera a que todo el mundo lo sepa! Nuestras preocupaciones han llegado a su fin. Yo misma he podido contemplar lo mucho que lo amas. No te molestes, pero todas las mujeres de Puerto Lanzana serían felices si se encontraran en tu lugar —suspiró, como si estuviera soñando—. En fin, Peter ha dicho que sólo tienes lo que llevas puesto, así que podemos empezar con la ropa interior. Supongo que querrás algo bonito y atractivo, ¿verdad?
—No, gracias —contestó apresuradamente—. Algo blanco y de algodón servirá.
Lo último que necesitaba en aquel instante era vestirse con ropa interior seductora.
Mientras observaba a la dependienta, tuvo una idea. Cristina no había sabido contestar a sus preguntas, y Peter se había negado a hacerlo. Pero tal vez pudiera obtener algunas respuestas de aquella mujer si hacía gala de cierta persuasión. Con un poco de suerte, podría averiguar lo que estaba sucediendo en aquel lugar.
El problema estribaba en empezar sin que Ingrid sospechara que las cosas no eran tan sencillas como parecían. Estaba observando la ropa interior, e intentando pensar en un modo de hacerlo, cuando la propia Ingrid resolvió el problema.
—Nos alegramos mucho por Peter. Creo que cuando Cristina dijo que estabas a punto de llegar no se lo tomó en serio. He oído que se sorprendió mucho anoche, al saber que te habían encontrado.
Lali se aclaró la garganta, avergonzada.
—Sí, supongo que debió sorprenderse. Yo misma me sorprendí al despertar esta mañana.
—También necesitarás algunas faldas y varios jerséis —declaró Ingrid, cambiando de tema—. Tenemos unas preciosas prendas de cachemira que…
Lali intentó tener paciencia. No ganaría nada presionándola, salvo, tal vez, molestarla.
Después de las faldas y los jerséis, llegó el turno de los vaqueros y de la ropa más desenfadada. Eligió lo que más le agradaba y después comentó:
—Cristina dice que se lo comentó a Peter hace dos meses. ¿Cómo podía saberlo?
Ingrid se encogió de hombros.
—Cristina es vidente.
—¿Vidente?
—Sí, tiene visiones. Ve cosas que van a suceder en el futuro.
—Oh, ya veo. ¿Quieres decir que es adivina?
—En cierto sentido. Pero no se trata de una de esas estafadoras con bolas de cristal y grandes pendientes que sólo mienten a cambio de dinero. Cristina posee un don muy especial. Un don heredado de su bisabuela, según dicen.
Lali rió a su pesar.
—Si es tan buena, debería pasarse por la ciudad. Ganaría una fortuna en la bolsa. Hasta podría…
Dejó de hablar en cuanto notó el gesto de desaprobación de Ingrid, que la miraba con dureza.
—Si hiciera algo así, le quitarían el don de inmediato —declaró con solemnidad—. Sólo se puede usar para las cosas realmente importantes.
Lali supo de inmediato que pisaba terreno resbaladizo, e intentó disculparse, avergonzada.
—Lo siento. No pretendía burlarme de Cristina. Ha sido muy buena, de hecho, me cae muy bien.
—No te preocupes. Imagino que todo esto debe parecerte muy extraño. Aquí hacemos las cosas de manera diferente. El año pasado estuve en Francia, y después pasé un par de días en Londres. Todo me resultó tan raro que me hago cargo de la situación.
Lali lo dudaba, pero se cuidó mucho de comentarlo. Sabía muy bien que nadie podía predecir el futuro, pero si los habitantes de aquel pueblo lo creían, era asunto suyo.
Ingrid había comenzado a empaquetar las compras cuando de repente se detuvo y empezó a decir algo en portugués. Pero de inmediato advirtió su incomprensión y la miró como disculpándose.
—Lo siento. Olvidaba que eres argentina y que no sabes hablar nuestro idioma. De repente he recordado que necesitarás algo especial para ponerte en el Gran Lanz, dentro de cuatro semanas.
Lali no esperaba pasar allí tanto tiempo.
—¿Qué es el Gran Lanz?
—Una gran fiesta que se da en la casa del jefe, dos veces al año. Todo el mundo asiste, incluidos los jefes y damas de los otros clanes, y muchos emigrantes. Te aseguro que te divertirás —sonrió—. Necesitarás un bonito vestido de noche. Creo que pediré que envíen uno desde Francia.
Tuvo la sensación de que se estaba hundiendo irremisiblemente. Desesperada, intentó salir de aquella situación.
—Escucha, no creo que sea necesario que te tomes tantas molestias.
—¿Molestias? ¿Qué molestias? Hacía mucho tiempo que no me divertía tanto. De todas formas, Peter dijo que te diera todo lo que necesitaras, y necesitas un vestido —declaró, observándola con atención—. Veamos. Tiene que ser el vestido más bonito que haya visto nadie. Sobre todo si al final aparece Lady Pamela. Y seguro que vendrá.
Lali suspiró para sus adentros. Ni siquiera estaba dispuesta a preguntar quién diablos era Lady Pamela. Todo aquello se le estaba escapando de las manos, pero, a pesar de todo, se atrevió a intentar ahondar un poco en los misterios de aquel lugar.
—Cristina mencionó algo sobre una leyenda. Una que dice que el jefe del clan siempre se casa con una mujer llegada del mar. No lo comprendo. ¿Qué quiere decir?
Ingrid terminó de cerrar el último paquete con una cinta.
—Ya está. No se me ocurre nada más que puedas necesitar. ¿Y a ti?
—No. De hecho hay más cosas de las que necesito. Pero, ¿qué hay de la leyenda?
Ingrid se encogió de hombros.
—Es cierta. Todas vienen del mar, como tú.
—¿Todas? Resulta difícil de creer.
—¿Por qué? —preguntó, frunciendo el ceño—. Es cierto. Mi memoria no se remonta a los siglos pasados, pero sé que la madre de Peter llegó del mar. Su padre estaba participando en una regata. Uno de los veleros naufragó, y rescató a la mujer que sería su esposa. Se enamoraron y se casaron. ¿No es romántico?
Lali sintió un escalofrío.
—Sí, muy romántico.
—En cualquier caso, Cristina es la persona adecuada para ese tipo de preguntas. Lo sabe todo sobre la leyenda —dijo, para volver después a la conversación original—. Creo que pediré un vestido verde claro, quedará bien con tus ojos:
A Lady Pamela no le gusta el verde, así que no hay peligro de que llevéis vestidos parecidos. Siempre ha vestido muy bien. Compra su vestuario en Dior. No se contenta con nada que no sea lo mejor.
En aquel momento sonó una voz, desde la entrada.
—Ya basta de cotilleos, Ingrid.
La dependienta sonrió a Peter, sin sentirse en modo alguno afectada por su expresión de desagrado.

Continuará...

8 comentarios:

  1. A peter no le gusta q le cuenten tanto a lali!! más!!

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  2. quien es lady pamela!!??? sera que esta enamorada de peter lady pamela??? mas noveeee!!!!!. camila

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  3. Haha q problemas traerá esa lady Pamela mas mas mas

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  4. lady Pamela... ¿alguna ex-amante de Peter? a Ingrid parece que no le cae nada pero que nada bien =) y a mi tampoco jajajaja

    perdon por no firmar ayer, pero estuve poco en el portatil =S

    espero mas nove =) BESOS!!!!! tq <3

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  5. Esa media hora ha dado para mucho,Ingrid se ha explayado ,y manifiesta su repulsa a "lady palmera",jajaja,perdón ,se me quedó d la nove d Cami.Aunque aquí no se va a librar, y la seguiré llamando así.

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  6. Perdón x tardar una semana,ya tienes los comentarios en los caps ,y yo al día.

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  7. A Peter no parece k le tengan miedo ,sino todo lo contrario,aunque les d una orden ,siempre le obedecen con una sonrisa.

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