lunes, 3 de septiembre de 2012

"Llegada de Mar" Capítulo 11


Hola, como andan?
El capítulo de hoy va dedicado para Masi_ruth Primera en firmar! :)
Besos!
______________________________________________

—A principio intentó convencerme de que no se trataba de drogas, pero notó que no lo creía. Lo amenacé con avisar a la policía en cuanto llegáramos a puerto. Entonces se enfadó y me amenazó con una pistola.
Un escalofrío recorrió su cuerpo. Supuso que se trataba de un efecto tardío del terror que había sufrido la noche anterior. Probablemente, tendría pesadillas durante seis meses, y no podría volver a probar los melocotones en toda su vida.
—Iba a matarme —continuó con voz rota—. Pude verlo en sus ojos. Estaba esperando a que nos alejáramos para arrojarme por la borda y observar cómo me ahogaba.
Lali cerró los ojos. Se estremeció de nuevo, y de repente se encontró entre los brazos de Peter, que la consolaba. Aquel contacto de apenas unos segundos bastó para que tuviera la impresión de que el mundo se había detenido.
—Ya me encuentro mejor —murmuró—. Puedes soltarme.
Él la llevó hacia una roca y le pidió que se sentara. Después, caminó hacia el todoterreno y regresó con una petaca;
—Toma un poco, te sentirás mejor.
Lali lo probó y empezó a toser.
—¿Qué es esto?
—Whisky con miel. Un conocido remedio para casi todas las cosas, desde la depresión hasta la neumonía.
Lali sintió que una ola de calor invadía su cuerpo. Respiró profundamente. Se alegraba de encontrarse bien y a salvo, aunque fuera en un lugar como aquel.
Se levantó. Peter la observó con detenimiento, como si quisiera asegurarse de que estaba más tranquila. Satisfecho, preguntó:
—¿Cómo lograste escapar del camarote?
—Salí por el ojo de buey —contestó, con toda la naturalidad del mundo—. Ya era de noche, pero sabía que nos encontrábamos cerca de la costa. Entonces vi una luz, supe que era un lugar habitado y salté. Pero no podía imaginar lo fría que estaba el agua. Al cabo de unos segundos empecé a notar los primeros síntomas de congelación. Recuerdo una gran ola que me arrojó contra una roca, y después nada más. Hasta que desperté al día siguiente en la casa de Cristina.
Peter la observó con intensidad. Su expresión no denotaba emoción alguna.
—Una historia muy bien estructurada —comentó con ironía.
—Sabía que no me creerías —dijo ella, disgustada.
—Encuentro bastante difícil de creer que una persona pueda escapar saliendo por el ojo de buey de un yate. Aunque sea tan delgada como tú.
—Pues lo hice —insistió—. No fue fácil. Me quedé atascada, pero conseguí salir.
Peter la observó con atención antes de hablar.
—Mmmm. Bájate los pantalones.- Lali lo miró, boquiabierta.
—¿Qué?
—Ya me has oído. Bájate los pantalones.
—No pienso hacer tal cosa —espetó, apartándose de él, alarmada.
—Tal vez prefieras que lo haga yo por ti.
—No te atrevas a ponerme un dedo encima —le advirtió—, O te aseguró que te sacaré los ojos.
—Por Dios, sé razonable. No pienso violarte. Cuando quiera saborear las delicias de ese precioso cuerpo que tienes, lo haré en un lugar más cómodo.
Aquella declaración no sirvió en modo alguno para tranquilizarla. Parecía decidido a intentar seducirla más tarde o más temprano.
—Entonces, ¿por qué quieres que me quite los pantalones?
—Si tuviste problemas para salir por el ojo de buey, tendrás alguna rozadura. Probablemente en las caderas —explicó con lentitud—. Anoche examiné tus heridas, pero no observé nada, salvo en tu sien.
Lali se ruborizó al recordar la caricia de sus manos.
—En tal caso no habrás mirado con suficiente atención. Aunque para empezar, no tenías derecho a hacerlo.
—Si no tienes ninguna marca, sabré que me has mentido.
—Las tengo, puedo asegurártelo —insistió con vehemencia—. Me dolían muchísimo cuando me bañé esta mañana.
—Demuéstramelo.
—Jamás.
Peter dio un paso hacia ella y Lali retrocedió hacia el todoterreno. Al observar su expresión decidida, el corazón de la joven comenzó a latir más deprisa.
—¡De acuerdo! —exclamó—. No me toques, te lo demostraré.
Le dio la espalda, se bajó los pantalones, y se apartó levemente las braguitas para que pudiera contemplar su cadera.
—¿Lo ves?
—Ahora, el otro lado.
Lali repitió el proceso.
—¿Satisfecho? ¿Ya has visto bastante?
Peter la observó divertido mientras volvía a subirse los pantalones, de forma apresurada.
—Sí, al menos por ahora. Cuando lleguemos a la casa te daré algo para que puedas curarte esas heridas.


Continuará...

7 comentarios:

  1. Peter es un caso jeje esta loco ademas es un poco bipolar. Me Encanta. Masss!!!!

    ResponderEliminar
  2. dios!!! q hombre mas terco!!!!! que paciencia va a tener que tener lali con el

    espero mas BESOS

    ResponderEliminar
  3. jjjssjjsjsj nananananan para mi que peter lo hiso a grede para cverle el cuerpo ajajja ami no me engaña jaajajja okno mas novelaaaaaaaaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar
  4. Jajaja lo q le hace hacer peter jajajaja me encanta mas mas mas

    ResponderEliminar
  5. jajajaja peter se aprovecho un poquito de la situacion para poder observar :) jajaja!! me encanta mas nove!!. camila

    ResponderEliminar
  6. Decidido,jajaja,cualquiera se expone a desobedecerlo.

    ResponderEliminar